domingo, 1 de junio de 2008

Si de leer se trata


He leído cientos de libros en mi vida, algunos que me han apasionado y he releído más de una vez, otros que con esfuerzo he terminado.

Hay libros que me transportan y otros que me excluyen.
Hace un par de días terminé con uno de estos últimos y no he podido dejar de pensar en él porque es una especie de bofetada y de desafío. Me digo cada vez que lo recuerdo: “te falta, te falta mucho por leer”, es como una muestra de mi ignorancia, de lo limitadas que han sido aún mis lecturas.
Ya me había pasado:





el año pasado leí Los ríos profundos de José María Arguedas y aunque lo analicé, reconocí la belleza y complejidad de su escritura, me quedé afuera. Es decir, la lectura no fue más que un ejercicio literario pero no un disfrute, no un viaje.



El libro que estaba leyendo ahora es El País de Nieve de Yasunari Kawabata y me pasó igual que con el anterior, puedo reconocer la delicadeza y sensibilidad de las imágenes pero la verdad, no lo entendí.

Primero me perdí en los Andes peruanos luego en las montañas nevadas del Japón. Por lo visto el alpinismo no es lo mío.



Otro libro que acabo de terminar es El desnudo de Rembrandt de Simon Schama y con este no tuve problemas pero sí hay algo que me llamó la atención: en un libro de 100 páginas la mitad SON EL PRÓLOGO. Nunca había leído un libro así antes, en este caso ¿no sería más justo decir que es un libro con dos autores? Además, y ahora generalizando, los prólogos, ¿no deberían ir al final? Lo digo porque cuando abro un libro y empieza con una explicación y análisis del texto es como una advertencia: esto es un plomo, si no lees esto antes no vas a entender nada.
A mí me corta la inspiración, siempre me los salteo, pero igual me molesta, si alguien tiene algo para decir del texto que lo diga después que uno lo haya leído, sino es como sentarse a comentar una película antes de ir a verla y que el otro le cuente a uno todo lo que de interesante tiene ésta.
A propósito, como es mi costumbre el prólogo lo leí al final y es muy bueno. Es decir, es muy bueno su contenido más que un prólogo es un complemento del otro texto.

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