viernes, 27 de febrero de 2009

Kiss me







Get Your Own Player!


jueves, 26 de febrero de 2009

Críptico


Tanto llanto, tanta angustia, tanto temor, tanta incertidumbre, tantos malos ratos.

Tanta tristeza y tanto dolor, tantas noches sin consuelo y tantos desprecios.

¿Todo para qué?

Para que unos meses después ella se case con otro.

Francamente, ¡qué ganas de joder!

Espero que la vida sea contigo más generosa de lo que tu fuiste conmigo.

martes, 24 de febrero de 2009

Mirá que lindo

...lo que encontré:





















Son de acá y hay más.










lunes, 23 de febrero de 2009

Preparándonos para el comienzo de clases


Aunque no es mío, me lo envío una amiga por mail, me resultó divertido y creo que lo voy a proponer apenas llegue a la escuela pasado mañana.




Mensaje para el contestador automático del teléfono de la escuela.




Hola, buenos días.
Usted se ha comunicado con la escuela ...........

Para atenderlo de la mejor manera posible y con la intención de conectarlo con la persona del equipo que corresponda, por favor escuche todas las opciones antes de hacer su selección:




Si es para justificar, mintiendo, la ausencia de su hijo/a a clase:

Presione 1



Si es para justificar que su hijo/a no trajo hecha la tarea marcada dando toda clase de excusas:


Presione 2



Si es para quejarse sobre cómo hacemos nuestra tarea:


Presione 3



Si Ud. lo que desea es golpear, insultar o pegar a algún/a maestro/a:


Presione 4



Si es para preguntar sobre alguna información “no recibida” que ya fue previamente enviada en circular informativa, en la agenda escolar y/o en alguna de las libretas de trabajo de su hijo/a:


Presione 5



Si es para solicitar que se revisen de nuevo las calificaciones que ha obtenido su hijo/a en alguna asignatura, porque es merecedor/a de unas mejores notas a la vista del cuantioso tiempo que dedica a sus estudios en casa:


Presione 6



Si usted se ha puesto en contacto para presentar alguna queja sobre el servicio de transporte escolar:


Presione 8


Si usted llama para presentar alguna queja sobre la calidad o cantidad de comida que le sirven a su hijo/a en el comedor escolar o sobre el trato que reciben por parte de las Auxiliares de Servicios:


Presione 9



Ahora bien, si usted es consciente de que su hijo/a debe estar comprometido con su participación en las clases, con la realización de sus tareas escolares en casa y, además, tiene claro que los primeros educadores son los padres y que los docentes no somos los únicos responsables de la falta de esfuerzo e interés que muestra su hijo/a por los estudios, entonces …



¡¡¡Cuelgue el teléfono y… déjenos trabajar!!!

domingo, 22 de febrero de 2009

Para una amiga

Lamentablemente tener un blog no siempre se traduce en sentirse bien, a veces, es un espacio al que también llegan las malas horas del mundo "real".






Por suerte, a veces, también uno encuentra lugar en los que reposar el alma. Yo encontré uno, el de Viperina, quien tiene un modo de trasmitir lo que siente que suele conmoverme.






Hace unos días ya, escribió "Especies protegidas", un texto que me impactó. Como en estos días me dio por jugar con el photoshop, tomé prestadas sus palabras y de forma muy burda y no siempre fiel a las cosas imaginadas al leerlo, hice esta edición gráfica, que, por otra parte, ella tuvo la amabilidad de poner en su blog. Gracias Viperina y un abrazo enorme.





sábado, 21 de febrero de 2009

Extraña combinación fotográfica

Hoy el día amaneció







Y he llegado a la terrible conclusión de que faltan sólo tres días para volver a





Voy de a poco haciéndome a la idea, intento como cada año, recuperar la expectativa, la ansiedad y los nervios del primer día.

Recuerdo que cuando era niña me encantaban esos días previos al comienzo de las clases, los útiles nuevos, el nuevo maestro, los compañeros de siempre.

Por eso ahora, que estoy del otro lado, trato de que esa sensación se reviva cada año,
Ya compré un montón de cosas





Y empecé a imaginar cómo serán los


Y si será uno de esos años en los que logramos divertirnos juntos y crear un vínculo especial, una empatía que logre cosas mejores para ellos y el gusto de trabajar para y por ellos para mí. Eso, creo, es lo que más me inquieta. Sé la diferencia, la he experimentado y cuando esto ocurre me siento satisfecha y mis alumnos aprenden más y mejor: yo, tengo ganas de ir a trabajar y lo disfruto.


Igual, a no confundirse, pagaría algunos pesos por estar unos días más



viernes, 20 de febrero de 2009

En estado de estivación

No, no estoy haciendo montoncitos con falta de ortografía. Estoy hibernando pero al revés. Es decir intentando mantener mi cuerpo en un estado tal que mi metabolismo sea el menor posible y que por lo tanto genere la menor cantidad de energía posible a ver si logro sobrevivir hasta el próximo fresquito.


Quiero un aire acondicionado ¡YA! pero con este puto calor cómo hago para salir a comprar uno sin evaporarme.





lunes, 16 de febrero de 2009

Lunes gris


Hay días…


Como el de hoy, en que siento que finalmente el tiempo también ha arrasado conmigo.

En estos días me gustaría un deseo menos compartido, palabras que no necesiten ser pedidas ni inventos para verte. En estos días, quisiera que el aire fresco cruzara del otro lado del río y no tener que ser yo quien sople. Hay cierta necesidad física y emocional de que tus brazos me rodeen, me hagan sentir segura, querida y deseada.

Hay días, como el de hoy, donde no alcanza con saberte, en los que me canso de esperarte, en los que la fantasía se rompe y los esfuerzos parecen inútiles.

Hay días, como el de hoy, que mejor no levantarse.














Get Your Own Player!

viernes, 13 de febrero de 2009

La ilusión del amor

Ya no era una mujer joven. Tampoco era vieja pero su edad de la piel al aire, de la ropa breve, había pasado. No conocía el amor y sin embargo, soñaba con él. Quizás haya sido por esto que aquel día cuando lo vio pasar frente a su puerta sintió esa alegre sensación en el cuerpo que nos avisa que aún estamos vivos, esa ansiedad que con calidez nos embriaga y hace que cada momento del día sea destinado a imaginar cómo será sentir sus besos, sus brazos alrededor de la cintura, su risa iluminado el alma.
Temió que el hechizo se rompiera, temía acercarse y ser rechazada.

Cuando finalmente pudo hablar con él y le contó sobre sus planes, él no la retuvo y aunque sus palabras eran de esperanza, no dijo nada cuando ella decidió partir.
Se fue lejos, a París, trabajó mucho, se esforzó. Poco a poco veía más cerca el momento de regresar a los brazos de su amado. Todo lo que ganaba, lo invertía, compró ropa y zapatos lujos, se tiñó el cabello. Pensando que ningún sacrificio sería poco para complacer a aquél que la esperaba allá lejos, se sometió a una cirugía tras otras, los muslos y la cintura, la nariz y los pechos, los labios, las arrugas.

Cuando sitió que todo estaba listo para su regreso, cayó en la cuenta que todos sus ahorros se habían ido, y volvió a levantarse temprano, a deslomarse por unos pesos, sus zapatos nuevos se gastaron por las calles de París, sus trajes y su pelo perdieron color, su maravilloso cuerpo nuevo se añejó, la flacidez y las arrugas volvieron a su justo lugar.

Finalmente, dispuso de lo necesario para el viaje, así que regresó, esperando encontrar al hombre que una vez dejó, soñando con que la esperaba.










Se llamaba Manuelita y vivía en Pehuajó.



Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marchó.
Nadie supo bien por qué
a Paris ella se fue,
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.
Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: '¿Qué podré yo hacer?
vieja no me va a querer;
en Europa y con paciencia
me podrán embellecer'.
En la tintorería de París
la pintaron con barniz,
la plancharon en francés
del derecho y del revés,
le pusieron peluquita
y botines en los pies.
Tantos años tardó en cruzar el mar
que allí se volvió a arrugar,
y por eso regresó
vieja como se marchó,
a buscar a su tortugo
que la espera en Pehuajó.

jueves, 12 de febrero de 2009

Para no perderse


"Imágenes del Louvre - Seis siglos de pintura europea"


La Intendencia de Montevideo y la Embajada de Francia presentan una exposición de reproducciones de pinturas exhibidas en el Museo Louvre de Paris. Son 121 piezas que abarcan las principales escuelas pictóricas de Europa entre los siglos XII y XIX. Con el marco de la Rambla de Pocitos, podrán apreciarse obras de Giotto, Rafael, Rubens, Rembrandt, Velázquez, Murillo, El Bosco y El Greco, entre otros. Las reproducciones están hechas con fotografías de alta definición impresas en papel fotográfico de alta calidad.

Ubicación: Rambla República de Perú entre Avenida Brasil y Pagola.
Hasta mayo, tenés tiempo.

Historia- Historieta


Hace unos días cuando escribí esta entrada mi idea original era hablar sobre algunas historietas, tiras cómicas, viñetas o cómo se les quiera llamar o corresponda llamar según el caso. El asunto lo retomo acá.




Mis primeras lecturas de este tipo fueron de revistas que encontraba en la casa de mi abuela y que habían sido de mi tía. No son de mi generación, pero recuerdo que me gustaban mucho y me daban cierto aire de importancia frente a mis amigas por poseerlas. Algunas veces conseguíamos algunas otras, y las intercambiábamos pero con cierto dejo de rencor, estábamos deseando ir a la casa de la otra para recuperarlas y las odiábamos porque se acordaban de las que nos habían prestado y se las querían llevar.



Las publicaciones que generaban nuestro egoísmo infantil eran principalmente la revista Billiken pero también alguna que otra revista Anteojito y las tiras de García Ferré.



Ahora que lo pienso, nuestras lecturas eran bastante chumingas nomás porque rara vez lográbamos leer una historia completa, como aparecían por capítulos raramente teníamos dos o tres números seguidos.



Nuestros horizontes se ampliaron luego, cuando descubrimos a Patoruzú e Isidoro Cañones de Dante Quintero. Una vez al año iba a la casa de mis abuelos en Florida, era una experiencia emocionante, una especie de película del oeste, con un viaje en viejos trenes que duraba todo el día, con trasbordos y largas esperas. En esas ocasiones mis padres hacían la extra de comprarme alguna revista para el viaje y como las de estos personajes venían en libros con la historia completa, por lo tanto duraba más, eran las que solía elegir.



En la imagen algunos de mis personajes favoritos de estas historietas:



martes, 10 de febrero de 2009

Conversación interior



¡Qué lo parió cómo llueve!
Y yo sin canoa ni torta fritas.

Voy a llamar a papá que en una de esas hizo y capaz me viene a buscar y en una de esas hizo torta fritas pero ¿y si no hizo? ¿qué hago? , me hago la boluda y le digo que llamé para otra cosa. Qué lindo los verdes de los árboles que se ven por la ventana de la cocina, lástima no tener una máquina de fotos como la gente, y ese ¿qué hace?¿está loco, no ve como llueve?Ufff, ¡qué calor! Sí, pero si abro las ventanas entra el agua, y si no el gato va a querer salir, va a saltar y me va a tirar las macetas otra vez, no, mejor la dejo cerrada. Bueno , mejor me dejo de escribir boludeces y pruebo con el teléfono.




lunes, 9 de febrero de 2009




Me gustan mucho las historietas y por cierto que hay algunas, muy pero muy buenas.
Creo que poseen una asombrosa capacidad de síntesis y una riqueza visual insuperable. Además, me admira la capacidad creativa de muchos de sus autores que pueden crear periódicamente algo original y divertido.
Hay algunas que leía cuando niña (y no tanto) aunque no eran de mi época. En una especie de collage para esta entrada me propuse recordar qué personajes recuerdo de aquella época.

Un rato después....

Mientras buscaba las imágenes para la entrada me encontré con un grande y uno de los personajes divertidos e inolvidables, así que mientras hago el famoso collage, entreténgase con esto, vale la pena.



CON USTEDES: INODORO PEREYRA DE FONTANARROSA








-Dígame don Inodoro ¿usté está con la Eulogia por alguna promesa?


- Mendieta, uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota.



-¿Puede una persona disaparecer de a pedazos? Porque a la Eulogia le desapareció la cintura.



- ¿Y usted cómo se gana la vida?

- ¿Ganar? ¡De casualidá estoy sacando un empate!



- ¿No andará mal de la vista, don Inodoro?

- Puede ser, hace como tres meses que no veo un peso.



- ¡No me diga que va a barrer, Pereyra! ¡La última tarea doméstica que hizo jué doblar una serviyeta!



- Buenos días ¿Usted es Inodoro Pereyra?

- De cuerpo presente.

- Me han dicho que es el último gaucho.

- ¡Ahijuna con la lobuna! ¡No sabía que era carrera mi amigo! ¿Y quién salió primero?



- Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas.



- Acepto que la Eulogia es fulera, pero es de las que demuestran la belleza por el absurdo.



- Estuvo divertido el pesebre viviente este año, Mendieta.

- Bien la vaca. Algo sobreactuado el burro.



- Vago no, quizá algo tímido para el esjuerzo.



- Pereyra, míreme a la cara.

- ¿Por qué este castigo, Eulogia? ¿Por qué tanta crueldá?



Visitante: - Buenas tardes don Inodoro, ¿cómo está?

Inodoro: - Mal, pero acostumbráu.



- El rancho no es grande, pero tampoco limpio.



- Yo no quiero ser irrespetuoso, Eulogia, pero lo que ha hecho Tata Dios con usté es abuso de autoridá.



- La Eulogia es, lejos, la mejor prienda que conocí en mi vida. Bien lejos... 20, 30 kilómetros. De cerca es así, jodida...



- Eso de "hasta que la muerte los separe" es una incitación al asesinato.



- Usté no está gorda, Eulogia. Es un bastión contra la anorexia apátrida.



- ¿Por qué esta agresión gratuita?- ¡Mire; Si quiere se la cobro!






(Está bien, acá la riqueza visual se fue al carajo, pero no me van a decir que los diálogos no son insuperables)

sábado, 7 de febrero de 2009

Explicación de por qué me gusta la camiseta




Yo, imagino que al igual que la mayoría de las personas, tengo mis contradicciones pero éstas se producen en un intento de se ser coherente conmigo mismo, valga la paradoja e incluso podría agregar que inútil porque todo lo que hacemos es coherente con nosotros mismos.



.




Sin embargo, y más allá de que alguna vez cuando he leído esta frase he pensado en ellas, en realidad, siempre me remiten a cosas más banales. Y, aunque parezca menor, ese conjunto de cosas intrascendentes hacen a lo largo de vida de una persona su personalidad, su carácter y su forma de ver el mundo.

Tengo amigos, parientes, conocidos, compañeros que en su afán por definirse se pierden muchos de los placeres que tienen en frente, sólo porque estas cosas son la negación de lo que definieron como de su gusto (está bien, están siendo coherentes consigo mismos). Por ejemplo: conozco a alguien que lleva años pidiendo helado de frutilla y chocolate, sólo porque una vez lo probó y dijo que le gustaba de esa manera y que era el más rico y eso le impide probara otros gustos. No digo que esté mal, pero yo no soy así y para mostrarlo se me ocurrió una pequeña lista de banales gustos contradictorios o que para algunas personas podría resultar así. Para seguir la idea de la camiseta podrían ser la lista de los angelitos que bailan- vuelan en tetas y la del demonio que duerme la siesta con sonrisa bondadosa.




Pero sobre todo, me gusta disfrutar de todas y cada una de estas cosas sin remordimientos y sin sentir que estoy siendo infiel a ningún principio.

viernes, 6 de febrero de 2009


martes, 3 de febrero de 2009

¡Qué bronca me da!


Véase si no.

Resulta que Alejandro Dolina estará esta semana en Montevideo haciendo su programa de radio desde La Sala Zitarrosa.

Las entradas son gratuitas.

Radio El Espectador, realizó en su sitio web un sorteo para repartir entre sus oyentes entradas, supongo que con el fin de ahorrarse el tener que ir hasta La Sala Zitarrosa a retirarlas personalmente.

Como mi suerte me abandonó hace años, por supuesto que no salí sorteada, aun cuando me inscribí para todos los días de la semana.

Por eso, hoy de mañana y según decían los anuncios:




Fui hasta La Sala Zitarrosa. Llegué 10. 15 ¡Cuál no sería mi sorpresa! No sólo que el local estaba completamente cerrado, con los carteles que ponen detrás de las puertas ubicados en su lugar, sino que además había un cartel que decía que las localidades para hoy estaban agotadas.


Entonces pensé:

a) que me había equivocado. ¿Sería que no era a las 10 a.m. sino a las 10 de la noche? (Aunque me dio tranquilidad ver que no fui la única equivocada).
Descarté esta posibilidad porque en ese caso las entradas no podían estar agotadas puesto que faltaban aún 12 horas para que se abriera la boletería.

b) Los funcionarios de la boletería de la Sala realmente son el colmo de la eficiencia y habían repartido todas las entradas en tan sólo 15 minutos, además de cerrar, colocar los carteles tras las puertas y salir rajando.

c) Me están jodiendo.




Volví, a conectarme inmediatamente en busca de una respuesta.

Primero fui al sitio de El Espectador. Allí seguía el anuncio, entré nuevamente y:






Este aviso es como un chiste: te invitan a ir a retirar las entradas a un lugar que a esa hora está cerrado. Es como invitar a un amigo a tu casa “venite el viernes de tarde a tomar unos mates, pero mirá que no voy a estar”, para colmos voy a un vínculo que dice “mail” Y NO HAY NINGUNA DIRECCIÓN, NI FORMA DE ESCRIBIR UN MENSAJE.

Las invitaciones están “sujetas a disponibilidad”

ENTONCES, PARA QUÉ CARAJO TE DICEN QUE VAYAS, SI YA LAS TIENEN TODAS REPARTIDAS. SI LAS VAN A DISTRIBUIR ENTRE ELLOS QUE NO LE ROMPAN LOS HUEVOS A LA GENTE HACIÉNDOLA IR AL PEDO.

Eso me llevó otra vez a la página de la Sala y confirma mis sospechas de que todo es una joda:

“(La sala) Tiene una capacidad de 547 butacas distribuidas en 407 para la platea y 140 en la tertulia”

Confirma que no es que yo haya llegado tarde sino que nunca estuvieron “disponibles” entradas para hoy.

Conclusión: QUE SE VAYAN A CAGAR DOLINA, RADIO EL ESPECTADOR, LA SALA ZITARROSA Y QUE SE METAN LAS ENTRADAS EN EL CULO, LA PUTA QUE LOS PARIÓ.

Eso sí, mañana a las 10, estoy otra vez ahí, y el jueves y el viernes. Y los reputiaré cada día como corresponde si está cerrado otra vez.





domingo, 1 de febrero de 2009

¿A quién le sirve el perdón?





(Del lat. per y donāre, dar)

1. m. Acción de perdonar.
2. m. Remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.
3. m. indulgencia (‖ remisión de los pecados).
4. m. U. para pedir disculpas.



Pedir perdón está bien sin dudas. Si uno ha realizado un acto que de algún modo perjudica a otro, lo menos que puede hacer es pedir disculpas. Pero el asunto es, en estos casos, ¿se debe hacer “lo menos” o quizás habría que probar con algo más?

La opción de pedir perdón parece dar cierta impunidad, “total después pido perdón y tá”. Esa es la impresión que me queda cuando leo la prensa y me encuentro con titulares como los de la imagen, desde las cosas más banales a las dolorosas, pedir perdón parece una fórmula “salva todo”.

Pero, ¿a quién salva el perdón?

Siempre son dos, al menos: uno que pide y el otro que otorga (aunque no sé que pasa con el perdonarse a uno mismo).

Dar el perdón es, según se dice, liberador. Alivia la ofensa y el reconocimiento por parte del otro de la mala acción cometida, me da la razón y ¿a quién no le gusta tener razón?
Perdonar es seguir adelante, dar por saldada una deuda, dejarla atrás y en cierta forma olvidar. Si no se olvida la ofensa recibida y la traemos a colación en cada oportunidad que tenemos es que la misma no ha sido totalmente indultada.

Ahora bien, me interesa más el lugar de quién pide perdón. Como decía al comienzo, pedimos disculpas muchas veces al día, porque pisamos a alguien en el ómnibus repleto de gente, por llegar tarde al trabajo, por olvidarnos de algo, por hablar mal a alguien, porque mis actos o mis palabras han causado una molestia a otro. También hay perdones de los grandes como se ve en esta imagen, perdón por matar a alguien, perdón por violarte, perdón por masacrarlos, perdón por destruir tu familia. Hay perdones personales y perdones colectivos. Y, sin embargo, cualquiera sea su tipo o su escala, me preocupa que sólo sean palabras.

¿Basta con pedir perdón? Si voy en un ómnibus cargada y al pasar golpeo con mi bolso a alguien, lo normal sería que pidiese disculpas, fue un descuido, el ómnibus se movía, no había suficiente lugar para pasar, el bolso pesaba demasiado, no calculé bien el espacio, muchas excusas para nuestro comportamiento podemos encontrar.
Seguramente, la persona afectada, aunque molesta, nos disculpará y seguramente para cuando se baje del coche ya no lo recuerde.
Yo, que voy con mi bolso, supercargado, intentaré evitar que vuelva a suceder, en ese y en otros viajes. Podría decirse que en este simple y un poco tonto ejemplo, mi solicitud de perdón fue sincera, perjudiqué a alguien, pido disculpas y luego actúo en consecuencia.

Sin embargo, si luego, camino del fondo del colectivo sigo dándole en la cabeza a los demás pasajeros con mi bolso, por más que pida perdón a cada uno de ellos, ese “perdón” no suela muy coherente, es decir, está usado como una forma de justificar mi comportamiento y habilitarme a seguir cometiendo impunemente la acción por la cuál estoy pidiendo disculpas.

El agredido puede quedar más o menos afectado por el hecho, en algunos casos la situación es tan grave que el daño no puede ser reparado, no se puede hacer como si nada hubiese pasado, pero si el agresor está realmente dispuesto a pedir disculpas (iba a decir arrepentido, pero no necesariamente hay que estar arrepentido para reconocer que uno cometió un error, ¿o sí?) se espera que evite situaciones similares.
Si este incurre sistemáticamente en el mismo acto, ¿para qué pide perdón?
En este caso ¿está mal no otorgarle el perdón?

Lo que quiero decir es que cuando alguien perdón me gustaría, además de oír sus palabras ver en sus futuros actos un esfuerzo por evitar situaciones que lo lleven a la necesidad de tener que volver a hacerlo. No quiero disculpas para volver a ver que suceden las mismas cosas. No quiero que me pidas perdón si las cosas no van a cambiar, no quiero que me pidan perdón en las cosas serias que afectan mi vida, quiero una actitud diferente, quiero ver que esas cosas que causan dolor no vuelvan a suceder.
El perdón debe servir a quién lo pide tanto como ha quién lo da.