sábado, 7 de febrero de 2009

Explicación de por qué me gusta la camiseta




Yo, imagino que al igual que la mayoría de las personas, tengo mis contradicciones pero éstas se producen en un intento de se ser coherente conmigo mismo, valga la paradoja e incluso podría agregar que inútil porque todo lo que hacemos es coherente con nosotros mismos.



.




Sin embargo, y más allá de que alguna vez cuando he leído esta frase he pensado en ellas, en realidad, siempre me remiten a cosas más banales. Y, aunque parezca menor, ese conjunto de cosas intrascendentes hacen a lo largo de vida de una persona su personalidad, su carácter y su forma de ver el mundo.

Tengo amigos, parientes, conocidos, compañeros que en su afán por definirse se pierden muchos de los placeres que tienen en frente, sólo porque estas cosas son la negación de lo que definieron como de su gusto (está bien, están siendo coherentes consigo mismos). Por ejemplo: conozco a alguien que lleva años pidiendo helado de frutilla y chocolate, sólo porque una vez lo probó y dijo que le gustaba de esa manera y que era el más rico y eso le impide probara otros gustos. No digo que esté mal, pero yo no soy así y para mostrarlo se me ocurrió una pequeña lista de banales gustos contradictorios o que para algunas personas podría resultar así. Para seguir la idea de la camiseta podrían ser la lista de los angelitos que bailan- vuelan en tetas y la del demonio que duerme la siesta con sonrisa bondadosa.




Pero sobre todo, me gusta disfrutar de todas y cada una de estas cosas sin remordimientos y sin sentir que estoy siendo infiel a ningún principio.

9 comentarios:

Walter Hego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Walter Hego dijo...

Tuli: Y sí, che, la contradicción es esencial al ser humano, qué le vamo a hacer.

En cuanto a las de tu lista, te he visto ponerlas en práctica y son parte de tu atractivo (por no mencionar las partes más literalmente visibles y tangibles, de las cuáles, tras haberlas visto y tangido, puedo afirmar que tan muy bien).

Tulipán dijo...

Marchen unas chips de crema y cebolla por el halago (y unas felicitaciones por la buena memoria)

Walter Hego dijo...

Tuli: Habiendo consumido que hubimos esas chips, hace un rato, agradézcotelas y dígote que estaban muy buenas.

Ahora, eso de la buena memoria supongo que lo decís por lo de tus partes visibles y tangibles a las que me referí y elogié. En ese caso, he de decirte que no es mucho el esfuerzo de memoria que se precisa para recordar lo sucedido hace apenas ... ¿cuánto? ¿Una semana?

Tulipán dijo...

Hacéme el favor y no alardees, que si yo no te digo, no tenías idea, bocón. Hay cosas para las que una semana puede ser poco tiempo en cambio para otras es una eternidad.
Ya sabés lo que dice el dicho popular:

Una vez a la semana es una cosa sana, se te terminó el plazo.

Walter Hego dijo...

Tuli: ¿El dicho termina diciendo "se te terminó el plazo"? Qué curioso, che.

Es verdá que estamo al borde del lapso que la sabiduría del vulgo considera prudencial, sí. Será cuestión, entonces, de hacer lo necesario para que empiece a correr un nuevo plazo, ¿no?

Tulipán dijo...

WH: pues sí, ¿viste que curioso? Así es el dicho en mis pagos.

En cuanto a lo del plazo, ¡Sos un caradura como no he conocido otro igual. Y si estás insinuando lo que creo que estas insinuando, más vale de hagas presente aquí, DE INMEDIATO. Si no , más vale te dejes de alardear en público.

Walter Hego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Walter Hego dijo...

Tuli: Sí, querida.